Bebe agua constantemente: Aunque no tengas sed, toma líquidos frecuentemente. Evita el alcohol, la cafeína y las bebidas azucaradas, ya que pueden deshidratarte.
Consume alimentos ricos en agua: Frutas como sandía, melón, naranjas, y verduras como pepinos y tomates son excelentes opciones.
Ropa y Protección
Usa ropa ligera y de colores claros: Prefiere tejidos como algodón o lino que permitan la ventilación.
Protege tu piel: Aplica protector solar de amplio espectro (SPF 30 o más) y renueva cada dos horas. Usa sombreros de ala ancha y gafas de sol.
Ambiente
Mantén los espacios frescos: Usa ventiladores, aire acondicionado o baja las persianas durante las horas de más calor. Si no tienes aire acondicionado, coloca un recipiente con agua fría frente a un ventilador para enfriar el aire.
Evita actividades al aire libre: Durante las horas de mayor calor (entre las 11:00 y las 16:00 horas), busca la sombra o quédate en interiores frescos.
Alimentación
Opta por comidas ligeras: Prefiere ensaladas, frutas y platos fríos. Evita alimentos pesados o calientes que aumenten la temperatura corporal.
Cuidado Personal
Toma duchas de agua fresca: Esto ayuda a regular tu temperatura corporal.
Reconoce signos de golpe de calor: Si sientes mareos, náuseas, confusión, pulso acelerado o piel enrojecida y caliente, busca atención médica de inmediato.
Extras
Atiende a los más vulnerables: Niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son más propensas a sufrir golpes de calor.
Evita dejar a personas o mascotas en vehículos estacionados: La temperatura en el interior puede subir peligrosamente rápido.